Armengol reivindica la memoria de las víctimas del síndrome del aceite tóxico en el 44º aniversario
MADRID, 10 Jun. (EUROPA PRESS) –
El portavoz de la Federación Nacional de Víctimas del Síndrome del Aceite Tóxico, Miguel Ángel Sánchez Ávila, ha pedido que, al igual que ocurre con otros colectivos, sean considerados víctimas de un delito de modo que se les reconozca una protección integral, “no a sobrevivir con suicidios aprobados en 1981 de manera urgente”.
“Llevamos años denunciando lo injusto de este subsidio para esta parte del colectivo. Nuestras secuelas generan una variedad de necesidades que debemos atender con cada vez menos recursos económicos”, ha afirmado durante el acto de conmemoración del 44 Aniversario de las Víctimas del Síndrome del Aceite Tóxico, celebrado este martes en el Congreso.
Por este motivo, y recordando que “los poderes públicos tienen la obligación de adoptar cuantas medidas sean necesarias para restituir en la medida de lo posible derechos”, ha pedido A los Ministerios de Inclusión, Seguridad Social, Migraciones, de Derechos Sociales, Consumo y de Sanidad, que les reciban y los escuchen, que escuchen sus “problemas e inquietudes” y estudien sus propuestas.
“Esperamos que este acto cambie la percepción hacia este colectivo tan castigado por las instituciones y la sociedad”, ha afirmado en su discurso donde, además del recuerdo y el homenaje a sus seres queridos y demás pacientes fallecidos, ha reivindicado su lucha, la que pretende seguir para defender los derechos de unas víctimas para las que ha recordado no hay “equidad”.
“Venimos a homenajear a todos los que perdieron la vida, a los que durante estos 44 años la han perdido y a quienes lamentablemente la siguen perdiendo a causa de esta tragedia”, ha señalado, reclamando que el 10 de junio sea considerado Día Nacional del Síndrome Tóxico en reconocimiento a las víctimas.
Sin buscar “culpables”, ha afirmado que “los más desgarrador es la sensación de haber sido olvidados”. Por este motivo, Miguel Ángel ha pedido también “revisar, actualizar y dar respuesta” a las necesidades sanitarias de los pacientes por “justicia social y responsabilidad”.
“Esta grave tragedia, obligó a dar una gran respuesta sanitaria, que fue el principio del gran cambio de la sanidad pública española, alzándola como una de las mejores, y se empezó a legislar sobre los controles sanitarios a los alimentos”, ha señalado, recordando que ahora, para no perder derechos y agravar sus escuelas piden reconocer sus necesidades, recursos económicos necesarios para mejorar su calidad de vida, así como el reconocimiento de los cuidadores.
Por eso ha aprovechado este aniversario para pedir la creación de un Centro de referencia para el Síndrome de Afectados por el Síndrome Tóxico (SAT), que garantice la asistencia sanitaria a todas las víctimas; formación continua para profesionales de la salud, que conozcan la enfermedad, su impacto y realicen revisiones protocolizadas; promoción y financiación de la investigación científica, con convenios con el Instituto de Salud Carlos III y otras entidades; Impulsar jornadas médico-científicas sobre el síndrome tóxico.
Así como aprovechar avances en genética y biogenética para mejorar tratamientos y calidad de vida; y la compatibilidad de ayudas sociales, de modo que las ayudas del Servicio de Atención Domiciliaria (SAD) sean compatibles con la ayuda a la dependencia, para una atención integral a las víctimas y sus cuidadores.
ARMENGOL RECLAMA MANTENER SU RECUERDO Y MEJORAR LA ATENCIÓN MÉDICA
La presidenta del Congreso, Francina Armengol, quien ha inaugurado el acto, ha reclamado mantener el recuerdo y mejorar la atención médica y especializada, así como ampliar los derechos sociales de pacientes y cuidadores afectados por el síndrome del aceite tóxico.
El síndrome del aceite tóxico (SAT) fue “una catástrofe sanitaria, un fraude, una negligencia, un delito contra la salud pública, ha recordado Armengol; producida por una intoxicación masiva acontecida en España en mayo de 1981 por el consumo de un aceite de colza desnaturalizado con anilina importado para uso industrial y desviado con posterioridad al consumo humano.
Como han recordado durante el acto, afectó a más de 20.000 personas y más de 5.000 fallecieron, afectando sobre todo a las casa más humildes. Aún son mucho los pacientes que “sufren secuelas, dolencias que limitan la vida de forma drástica” y “miles de familias quedaron destrozada para siempre”.
“Hoy es tarde para llegar a tiempo, pero nunca es tarde para hacer memoria, honrar a las victimas trabajar en desplegar recursos”, ha señalado la presidenta del Congreso, quien ha señalado que por “responsabilidad institucional y obligación moral”, hay que poner en valor la lucha de las personas que entregaron su vida por defender a las víctimas y familiares.
Armengol, quien lleva meses reuniendose con familiares y víctimas para conocer sus necesidades sociales y sanitarias, ha recordado que “no es tarde para una mejor atención médica y especilizada y ampliar los derechos sociales de pacientes y cuidadores”.
“Este acto es un acto para la solidaridad, un acto de apoyo (…). Está en nuestra mano escuchar vuestras exigencia y trabajar por blindar vuestros derechos, el gran cometido de nuestra sociedad democrática es que mañana no os sintáis olvidados, injustamente tratados o incomprendido; vuestra herida que ninca debio existir debe convertirse en el empuje colectivo para construir un país mucho mejor”, ha concluido.
El acto ha contado con el doctor Juan Casado Flores pediatra del Hospital del Niño Jesús de Madrid, quien trabajó en la primera línea de la detección del síndrome. En su narración ha recordado cómo sufrieron los médicos y las enfermeras cada día con la llegada de pacientes nuevos con síntomas que nada tenían que ver con una infección o enfermedad antes conocida.
Tras contar su experiencia ha dado paso a Carlos Hernández Gil, médico, senador en la segunda legislatura y subsecretario de Sanidad y Consumo en la tercera legislatura. En su intervención ha recordado “que somos vulnerables, los servicios públicos curan y los impuestos sirven para eso”.
“Fuimos capaces de atajar un problema con visos que podría haber sido extremadamente grande”, ha señalado Hernández Gil, quien ha hecho un reconocimiento al entonces Ministro de Sanidad, Ernest Lluch, quien garantizó la asistencia médica a los afectados por la colza, y Miguel Marañon, autor principal de la ley de defensa de los Consumidores y Usuarios.
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