MADRID, 3 Jul. (EDIZIONES) –
Con la llegada del verano, todos pensamos en proteger nuestra piel del sol pero, ¿y nuestros ojos? La radiación ultravioleta (UV) no sólo quema, sino que también puede provocar daños silenciosos pero graves en la córnea, en el cristalino, e incluso en la retina.
El riesgo es aún mayor en niños, en las personas mayores, o en quienes pasan mucho tiempo al aire libre. Cataratas, queratitis, o daños en la visión son sólo algunas de las consecuencias.
Te contamos cómo evitarlo y qué errores estás cometiendo sin saberlo, a través de esta entrevista con Europa Press Salud Infosalus que nos concede el doctor Luis Fernández-Vega Cueto-Felgueroso, del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, y miembro de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO).
Subraya que estar bajo el sol sin la protección adecuada puede tener consecuencias negativas, tanto a corto como a largo plazo. “Sin embargo, en muchas ocasiones, nos olvidamos de la protección ocular, y los rayos ultravioleta (UV), en particular los tipos UVA y UVB (onda corta y onda media, respectivamente), atraviesan los tejidos del ojo y pueden causar daños en la córnea, en el cristalino, y hasta en la retina. Cuanto más tiempo pasemos expuestos sin protección, mayor será el riesgo de sufrir afecciones oculares con el tiempo”, advierte.
¿QUÉ TIPO DE RADIACIÓN O FACTORES SON LOS MÁS DAÑINOS?
Con ello, explica este oftalmólogo que la radiación ultravioleta es la principal amenaza, no sólo para la piel, sino también para los ojos, recordando que existen tres tipos en función de su longitud de onda:
UVC: Son los más peligrosos, aunque no representan un riesgo directo ya que la capa de ozono los bloquea. UVB: Aunque la atmósfera filtra la mayoría, una pequeña parte llega a la superficie y puede causar lesiones en la córnea; en este caso, el cristalino los detiene impidiendo que penetren en nuestros ojos.
UVA: Son los que más deberían preocuparnos porque penetran profundamente en el ojo, pudiendo afectar a la retina; además, pueden favorecer la aparición de cataratas, provocando pérdida de visión en casos graves; precisamente por eso, es importante recordar que el daño es acumulativo, por lo que, si bien nunca es tarde para prevenir, es especialmente importante tomar medidas y acudir a revisiones conforme la edad va aumentando.
PROBLEMAS EN NUESTROS OJOS ANTE UNA EXPOSICIÓN INDEBIDA
¿Qué problemas oculares pueden desencadenarse o agravarse por una exposición excesiva al sol? El doctor Fernández-Vega Cueto-Felgueroso remarca aqui que el sol es el principal enemigo de nuestros ojos en esta época y puede ocasionarnos un gran número de afecciones si no tenemos cuidado:
– Queratitis actínica: Quemaduras en la córnea con síntomas similares a ojo seco, u otros más graves
– Degeneración de las capas elásticas de la conjuntiva (Pinguécula): Engrosamiento benigno en la conjuntiva por exposición prolongada.
– Cataratas: Opacidad del cristalino causada por la acumulación de daño UV.
¡CUIDADO EN EL CASO DE LOS MENORES CON EL DAÑO SOLAR!
Alerta en este sentido de que los niños corren mayor riesgo de padecer daño en los ojos por exposición solar ya que el cristalino de sus ojos aún no se ha desarrollado por completo, lo que permite que los rayos UV penetren más fácilmente.
“Sus ojos son un 75% más susceptibles al daño solar. La exposición excesiva y sin protección puede causar daños a corto plazo como la fotofobia, y a largo plazo puede acelerar el proceso de desarrollo de cataratas. Se recomienda el uso de gafas de sol homologadas desde edades tempranas”, sostiene el miembro de la SEO.
Asimismo, y en el caso de los adultos mayores, de aquellas personas con enfermedades oculares previas, o de quienes han sido operados recientemente, y aquellos que pasan mucho tiempo al aire libre (como trabajadores o deportistas) insiste este experto en que deben extremar precauciones.
A TENER EN CUENTA PARA PROTEGER TUS OJOS EN VERANO
Con todo ello, el doctor Luis Fernández-Vega Cueto-Felgueroso, del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, sostiene que las horas con mayor radiación son entre las 12 del mediodía y las 16.00 horas y, si es posible, debemos evitar la exposición en este tramo.
“Independientemente de la hora, es muy importante usar gafas de sol con la protección UV adecuada, debe bloquear entre un 95 y 100% de los rayos UVA y UVB, y que cuenten con certificado de calidad, como el marcado CE en Europa. También es aconsejable usar gorra o sombrero para mejorar la protección”, remarca el miembro de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO).
Otros factores que debemos tener en cuenta, según prosigue, son el viento, las cremas solares, la arena, o el aire acondicionado, que pueden contribuir a dañar nuestros ojos en verano. “Estos factores pueden causar irritación, picores e, incluso, resecar nuestros ojos”, concluye este oftalmólogo.
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