MADRID, 29 Jun. (EDIZIONES) –
El verano puede ser especialmente sensible para las personas con incontinencia urinaria por varios motivos, como una mayor producción de orina, ya que el calor aumenta la sudoración y, paradójicamente, también puede aumentar la producción de orina.
Pero también en esta época del año solemos hacer una mayor ingesta de líquidos para hidratarnos y eso añade presión a la vejiga, según nos aclara en una entrevista con Europa Press Salud Infosalus la vicepresidenta del Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España y supervisora de Fisioterapia del Hospital Universitario Fundación Alcorcón (Comunidad de Madrid) Aurora Araujo Narváez.
A su vez, dice que influyen las temperaturas variables y, por ejemplo, el agua fría (mar o piscina) puede desencadenar contracciones reflejas de la vejiga, aumentando la urgencia para orinar; al mismo tiempo que cita que otro factor podría ser que se aprovecha el verano para realizar actividad física intensa, como correr en la playa o deportes de verano, y estos implican movimientos bruscos que pueden provocar pérdidas en personas con el suelo pélvico débil.
“También hay un mayor riesgo de infecciones por la humedad constante del bañador, y esto favorece infecciones urinarias o vaginales, que suelen empeorar la incontinencia”, agrega la también decana del Ilustre Colegio Oficial de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid.
CUIDADO CON EL AGUA DEL MAR O DE LA PISCINA
Preguntada sobre si el agua del mar o de la piscina influyen en la salud del suelo pélvico, pudiendo llegar a empeorar la incontinencia urinaria, sostiene esta experta que podría darse el caso por dos factores: el efecto térmico, ya que el agua fría puede desencadenar la urgencia o ‘micción reflejo’; o por el agua clorada, ya que el cloro puede alterar la flora genital, aumentando el riesgo de infecciones, lo que a su vez puede agravar la incontinencia.
“Además, aunque no se detecta evidencia de que el agua de mar o piscinas dañe directamente el suelo pélvico, conviene usar ropa seca tras el baño y mantener higiene”, asevera esta profesora asociada de Ciencias de la Salud de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
SEÑALES DE ALERTA
Entre las posibles señales que indican la necesidad de consultar con un fisioterapeuta de suelo pélvico, Aurora Araujo Narváez mantiene que cualquiera de éstas que a continuación señalamos no son para alarmarse, si bien sí son para consultar en el corto plazo con un fisioterapeuta especializado:
* Escapes de orina al toser, reír, o realizar un esfuerzo físico.
* Urgencia frecuente con dificultad para llegar al baño.
* Sensación de “bolita”, o de presión en la vagina (posible prolapso).
* Dolor lumbar, perineal, o durante las relaciones sexuales.
* Falta de mejoras con ejercicios ‘caseros’.
PREVENIR LA INCONTINENCIA EN VERANO
Con todo ello, esta especialista en suelo pélvico aporta las siguientes recomendaciones prácticas para disfrutar la playa o de la piscina este verano y cuidando del suelo pélvico:
* Vaciar la vejiga antes de entrar al agua: Reduce el riesgo de pérdidas al entrar en contacto con el agua.
* Usar productos específicos: Optar por absorbentes diseñados para el agua (toallas, bañadores absorbentes o tampones de soporte).
* Hidratación inteligente: Mantenerse bien hidratado, evitando diuréticos como café, alcohol, y bebidas muy frías.
* Ropa adecuada: Llevar prendas de algodón o lino, cambiar con frecuencia el bañador húmedo, usar absorbentes cada 3–4 horas, y secar bien la zona para prevenir irritaciones e infecciones.
* Planificar paradas al baño: Antes de salir de casa, en el coche o entre actividades, para evitar urgencias.
“Siempre se recomendará hacer ejercicios, pero es conveniente que primero los enseñe un fisioterapeuta para evitar estar haciéndolos con la musculatura errónea, que podría incluso agravar el cuadro. Entre estos ejercicios apunta:
* Kegel: contraer músculos del suelo pélvico como si se detuviera el flujo de orina, y mantener 3–6 segundos, para después relajar, y repetir posteriormente otras 10–15 veces, unas tres veces al día).
* Ejercicio en el agua: como natación, aquagym, o pilates acuático, que fortalecen el suelo pélvico al ser prácticas deportivas con bajo impacto.
* Deporte suave y CORE, como caminar, paddle surf, o surf, que activan el CORE y los músculos profundos, beneficiando el suelo pélvico.
Pero también la vicepresidenta del Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España apuesta por mantener unos hábitos saludables como son:
* Rutinas miccionales: ir al baño cada 3–4 horas, y antes de actividades importantes.
* Evitar irritantes: reducir café, alcohol, picante, y bebidas muy frías.
* Mantener peso adecuado y practicar actividad física regular para disminuir la presión sobre la vejiga.
A modo de cierre decir, Aurora Araujo mantiene que el verano presenta algunos retos para quienes padecen incontinencia urinaria, si bien considera que con las simples estrategias mencionadas —como vaciar la vejiga antes del baño, usar absorbentes adecuados, hacer ejercicios de Kegel (también en el agua), y mantenerse hidratado sin abusar de diuréticos— se puede disfrutar plenamente del mar o de la piscina, ya que el agua no daña directamente el suelo pélvico; aunque el cloro y la humedad sí requieran cuidados adicionales. “Si aparece urgencia frecuente, presión vaginal, escapes al esfuerzo o dolor, es clave acudir a un fisioterapeuta para una valoración personalizada”, concluye.
Agregar comentario