MADRID 11 Jun. (EUROPA PRESS) –
Para crear un tratamiento antibiótico más eficaz, investigadores del Centro Médico Universitario de Groningen en Países Bajos modificaron la penicilina para que se active solo con un tipo luz verde, informan en ‘ACS Central Science’.
En las primeras pruebas, este método controló con precisión el crecimiento bacteriano y mejoró la supervivencia de los insectos infectados. Cabe recordar que, para tratar las infecciones bacterianas, los profesionales médicos recetan antibióticos. Sin embargo, el organismo no utiliza todos los medicamentos activos. Algunos terminan en las aguas residuales, donde pueden desarrollarse bacterias resistentes a los antimicrobianos.
“Controlar la actividad farmacológica con luz permitirá un tratamiento preciso y seguro de infecciones localizadas”, asegura Wiktor Szymanski, autor correspondiente del estudio. “Además, el hecho de que la luz presente diferentes colores nos permite llevar el control espacial de la actividad farmacológica a un nivel superior”.
Los científicos pueden agregar una molécula fotosensible a los compuestos farmacológicos para mantenerlos inactivos en el cuerpo hasta que sean necesarios. Cuando la luz incide sobre un compuesto modificado, la molécula extra se desprende y luego libera el fármaco activo. Este proceso proporciona a los científicos un control preciso sobre cuándo y dónde se activan los fármacos. Las etiquetas reactivas a la luz anteriores, como la cumarina añadida al agente de reversión de opioides naloxona , requieren luz UV o azul de alta energía para iniciar el proceso. Pero las etiquetas moleculares hechas de otros compuestos de cumarina pueden liberarse con luz verde, una forma de luz menos intensa. Por lo tanto, los investigadores con sus supervisores y colegas, querían desarrollar modificaciones basadas en cumarina para crear antibióticos activados por la luz.
Los investigadores primero vincularon una molécula basada en cumarina a la porción de penicilina que ataca las paredes celulares bacterianas, volviendo al antibiótico inerte. Al ser expuesta a luz verde, la nueva molécula se desprendió, activando la penicilina. Experimentos iniciales con bacterias cultivadas en placas de Petri mostraron que la exposición de la penicilina modificada a luz verde inhibió significativamente la formación de colonias de E. coli y el desarrollo de biopelículas de Staphylococcus epidermidis.
A continuación, los investigadores trataron larvas de polilla de la cera infectadas con Staphylococcus aureus , que poseen defensas inmunitarias similares a las de los humanos, con una inyección de la penicilina modificada seguida de terapia con luz verde. Las larvas tratadas tuvieron una mejor tasa de supervivencia (60%) en comparación con las larvas infectadas que no recibieron tratamiento (30%). Estas observaciones demuestran una prueba de concepto exitosa en organismos vivos, afirman los investigadores.
Los investigadores añaden que estos resultados son prometedores para trabajos futuros que pueden ampliar el sistema a múltiples haces de luz y diferentes colores de luz para controlar la actividad antibiótica en organismos vivos más grandes, incluidos los humanos.
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