MADRID, 20 Abr. (EUROPA PRESS) –
Un nuevo estudio internacional dirigido por investigadores de la Universidad de Viena (Austria) ha demostrado el simple hecho de contemplar arte visual, visitar un museo o tener arte en la habitación del hospital puede aumentar el bienestar, sobre todo el compromiso repetido, que puede incrementar el sentido que le damos a la vida.
Esta revisión sistemática, realizada por investigadores de Austria, Irlanda, Alemania, Reino Unido y Países Bajos y publicada en ‘The Journal of Positive Psychology’, es la primera que evalúa exhaustivamente cómo, cuándo y por qué la contemplación de obras de arte favorece la salud mental.
En las últimas décadas ha cobrado fuerza la idea de que las artes pueden contribuir a la salud mental. Mientras que la creación artística se considera desde hace tiempo beneficiosa para el bienestar emocional y psicológico, los efectos de la simple contemplación de obras de arte han quedado en gran medida sin explorar. Los hallazgos hasta la fecha eran dispersos e inconsistentes, y pocos estudios examinaban las condiciones en las que ver arte puede ser eficaz.
La nueva revisión sintetizó los datos de 38 estudios con 6.805 participantes, con el objetivo de determinar no sólo si la contemplación de obras de arte mejora el bienestar, sino también cuándo, en qué condiciones y a través de qué procesos psicológicos lo hace. Estos 38 estudios, publicados entre 2000 y 2023, se extrajeron de cuatro grandes bases de datos.
EL ARTE NO ES UN LUJO
Los investigadores hallaron la mayor evidencia de beneficios en el bienestar eudemónico: un sentido de significado, propósito y desarrollo personal. “La gente suele pensar que el arte es un lujo, pero nuestros resultados sugieren que participar en actividades artísticas, ya sea como parte de las aficiones o mediante una intervención específica, puede contribuir significativamente al bienestar –afirma MacKenzie Trupp, autora principal e investigadora de la Universidad de Viena y el Instituto Donders del Radboud UMC–. Esto abre posibilidades apasionantes para integrar el arte en entornos cotidianos y estrategias de salud pública”.
La contemplación de obras de arte con fines de bienestar puede tener lugar en contextos muy diversos: desde museos y hospitales hasta salones y plataformas en línea. Los estudios revisados incluían tanto exposiciones únicas como programas más largos con múltiples sesiones.Los participantes realizaron diversas actividades, como visionados individuales, sesiones guiadas y tareas de reflexión, como escribir un diario, calificar las emociones o debatir.
Muchas intervenciones combinaban el visionado de obras de arte con las denominadas ‘actividades accesorias’, como la reflexión guiada o los ejercicios creativos.Las estrategias de reflexión fueron de las más utilizadas y pueden desempeñar un papel fundamental en la consecución de efectos positivos.
Aunque estudios anteriores apuntaban a beneficios como la mejora del estado de ánimo o la reducción del estrés, el campo carecía de síntesis y claridad conceptual.
CINCO MECANISMOS PSICOLÓGICOS
Los investigadores identificaron cinco mecanismos psicológicos que ayudan a explicar cómo la contemplación de obras de arte favorece el bienestar:
– Los mecanismos afectivos incluyen la regulación emocional y la experiencia del placer, desencadenada por las respuestas estéticas.
– Los mecanismos cognitivos tienen que ver con la atención, la memoria y el aprendizaje: el arte puede incitar a la reflexión o estimular la curiosidad.
– Los mecanismos sociales describen cómo las experiencias artísticas compartidas fomentan la conexión y reducen los sentimientos de aislamiento.
– Los mecanismos autotransformativos permiten la reflexión personal, el refuerzo de la identidad y el sentido de la vida.
– los mecanismos de refuerzo de la resiliencia favorecen el afrontamiento emocional y el restablecimiento, especialmente en entornos clínicos o muy estresantes.
En conjunto, estos mecanismos ofrecen información valiosa para futuras investigaciones y ayudan a diseñar intervenciones más eficaces basadas en el arte.
Para ayudar a estandarizar y mejorar futuros estudios en este campo, los autores desarrollaron las Directrices para la presentación de informes sobre la actividad artística receptiva (Receptive Art Activity Research Reporting Guidelines, RAARR), un nuevo conjunto de criterios para garantizar que las futuras intervenciones e investigaciones puedan compararse, evaluarse y reproducirse mejor.
Aunque los beneficios de crear arte están bien documentados, este estudio pone de relieve el potencial sin explotar de considerar el arte como un recurso para el bienestar.
Dado que el arte ya está presente en espacios públicos y privados, los investigadores recomiendan que podría utilizarse de forma más intencionada como herramienta de salud mental accesible y de bajo coste. Así, animan a responsables políticos, educadores y profesionales sanitarios a tener en cuenta estas conclusiones a la hora de diseñar futuros espacios y programas. Las directrices de la RAARR contribuirán también a que la investigación sea más rigurosa y reproducible en el futuro.