MADRID, 8 Ago. (EDIZIONES) –

   Hay muchísimos mitos que rondan al sueño, uno de los principales problemas de salud de este siglo XXI y es que dormir mal está de moda, a pesar de que es uno de los pilares fundamentales para gozar de una buena salud. De hecho, ¿sabías que todos dormimos hora y media menos que nuestros bisabuelos?

   “Más de la mitad de la población española no está satisfecha con su sueño. Sólo en España hay 12 millones de personas que sufren alteraciones del sueño. Casi todo el mundo ha pasado alguna temporada durmiendo mal o conoce a alguien cercano que no descansa de forma adecuada”, según advierte durante una entrevista con Europa Press Salud Infosalus la miembro de la Sociedad Española del Sueño y psicóloga experta en alteraciones del sueño Nuria Roure, con motivo de la publicación de su último libro con Vergara ‘Los hábitos del sueño’.

   Pero, ¿por qué dormimos menos de lo que deberíamos? Sostiene Roure que todo es debido a nuestro ritmo de vida actual, a nuestro estilo de vida, “una cultura del estar productivo todo el rato”, y por el que llegamos tarde a la cama y mal, sin habernos preparado antes, y esto hace que durmamos menos horas, y a veces de poca calidad.

EL PRECIO QUE PAGAMOS POR DORMIR MAL

   Y es que son varias las consecuencias tanto a corto como a medio y largo plazo que implica el no dormir lo suficiente: “Envejecemos de forma más rápida, la gente que duerme menos horas tiene menos esperanza de vida, y además esa calidad de vida es peor porque también llegamos a los últimos días peor, con más riesgo de patología cardiovascular (diabetes, hipertensión arterial), cáncer, obesidad, y deterioros cognitivos como el alzheimer, por ejemplo”.

   Es más, la también profesora de la Universidad de Lleida mantiene que descansar bien tiene “un efecto dominó”, de manera que te ayuda a despertarte con más energía y vitalidad, con mejor humor, y con un pensamiento más positivo, lo que a su vez favorece el desarrollo de hábitos de vida saludables.

DORMIR MAL NO ES ALGO NORMAL

   En este contexto, esta psicóloga experta en trastornos del sueño alerta de que dormir es importantísimo a cualquier edad, y debemos desechar totalmente la idea de que con la edad vamos durmiendo peor, porque es, si cabe, todavía más importante en las edades avanzadas: “A medida que nos hacemos mayores es cada vez más importante descansar bien para protegernos de las enfermedades, porque dormir bien es promotor de la salud y del envejecimiento saludable”.

   Es más, hace hincapié en que no se debe normalizar el mal dormir porque esta alta frecuencia actual y la vigente pandemia de privación de sueño: “La normalización nos lleva a la resignación; por la edad no deberíamos dormir mal, con 70-80 años se puede recuperar el sueño y sin fármacos. Se trata de una de las etapas en las que más se necesita dormir bien. Los mayores en nuestra sociedad están hipermedicados y no les ayudan los fármacos en este sentido a dormir bien”.

SÓLO UN 5% DE LOS QUE DUERMEN MAL PIDE AYUDA

   En este punto la especialista acreditada en trastornos del sueño por la European Sleep Research Society pone sobre la mesa el hecho de que sólo un 5% de los que duermen mal buscan asistencia, un hecho que, a su juicio, esto se debe a que, en parte, sabemos que si vamos al médico la solución que nos pondrá no nos gustará: “Serán los fármacos, una solución a corto plazo y que realmente no aborda el problema de raíz”.

   Así, insiste Nuria Roure en que los medicamentos empleados para mejorar el sueño son “un parche”. “Muchas veces ese fármaco va al síntoma, que es el dormir mal, pero siempre se debe buscar la causa, algo que lo provoca, y es muy importante conocerla. Hay más de 40 causas de mal dormir y no todas tienen el mismo tratamiento”, alerta.

   Es más, defiende que en muchas ocasiones se busca el fármaco como “un recurso rápido” que, al final, genera una tolerancia, de manera que con el paso del tiempo y para que haga su efecto se precisa de una mayor cantidad del mismo, pero si se mantiene la causa se seguirá durmiendo mal, a pesar de los fármacos, y habrá un doble problema: el mal dormir, con la dependencia a los fármacos, con las consiguientes consecuencias negativas de ese consumo negativo del fármaco.

   Aquí Roure reconoce que ha ayudado a muchas personas a mejorar su sueño y a gozar de un buen descanso, incluso a personas de edades avanzadas y que llevaban tiempo durmiendo mal. “Antes de dar fármacos hay más estrategias que pueden ayudar de forma natural a dormir bien, como por ejemplo ir a expertos en medicina del sueño”, concluye.

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